dimarts, 1 de desembre del 2009

EL LEVITANTE

Primer contacto
El levitante, de pocos días de edad, está desnudo, con sus pañales, atado con una cuerda al pomo de la puerta del convento, un metro por encima de éste. Una monja lo baja a primera hora. Él se aferra a su pecho, sonriente.

Primera comunión
El levitante va vestido de aviador, con unas gruesas botas con suela de plomo. Recibe la correspondiente oblea. Al probar el vino, no le gusta y lo convierte en calimocho. Cuando nadie le ve, levanta con la mente las falditas de las niñas arrodilladas en la fila de delante.

Ordenación
El levitante está tumbado en cruz a 3 metros por encima del suelo. Desde allí arriba, contempla los escotes de las familiares de las novicias. Clarita sigue su mirada con pómulos enrojecidos.

Llegada
El levitante llega en jeep al poblado Watusi. Le acompaña la hermana Clara. El pueblo los recibe con recelo. Él contempla satisfecho las escasas vestiduras de las indígenas.

Triunfo de la fé
En pocas semanas, el poblado ha pasado a ser un oasis de vegetación en medio de la sabana. Cae un coco maduro y mata al jefe de la tribu que pasaba por allí.

El nuevo jefe.
El levitante es el nuevo jefe de la tribu. Como tal, aparte de difundir la palabra de Dios, difunde su semilla cada noche a una parroquiana diferente. Sor Clara deja el poblado con el jeep.

Primer contacto con el obispo.
El obispo realiza la visita de cortesía agasajado por el levitante, un metro por encima de él. La felicidad y riqueza de los numerosos feligreses no deja de asombrar al obispo, así como el clima, ni frío ni calor, ni húmedo ni seco. Cuando el obispo y el levitante se quedan a solas, éste levanta la falda de su superior y lo viola. En su huida de la choza del levitante, al obispo le cae un coco en la cabeza y lo mata.

El nuevo obispo
Todos, y sobre todo todas en el poblado despiden al levitante que se marcha volando tan sólo con una maleta. En la maleta, un traje de obispo. En el poblado, multitud de bebés mulatos.

Primer contacto con el Papa.
El Papa recibe al nuevo obispo del que tanto le han hablado. Éste, al ver al papa gordo y rollizo, y con falda, lo viola. Mientras el papa huye de la sala de audiencias del Vaticano, misteriosamente le cae un coco en la cabeza y lo mata.

El nuevo Papa
Los obispos en cónclave, aterrados por la fama del levitante, lo eligen Papa en primera votación, mientras éste se divierte pintando grandes miembros a las figuras del techo de la Capilla Sixtina.

Ascensión
Al tercer día de ser Papa, el levitante, aburrido de su nueva vida, asciende al cielo.

Final
Al ver que el levitante no vuelve, los obispos, aliviados, lo proclaman el nuevo Hijo de Dios. La Iglesia gana millones de fieles y de dólares. Los obispos, felices, dan gracias al Señor y a su nuevo Hijo, el Levitante, quien de incógnito vuelve a su poblado Watusi, donde se instala para el resto de su vida.

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